A lo largo de su formación plástica
con Urruchúa, Luis Fernando Ruiz captó
de su maestro la importancia de la
libertad del artista: “el arte es libertad
y amor y debe prevalecer el instinto”.
Tras recorrer un camino propio en la
plástica, afirma de igual manera, que
el artista es un ser privilegiado, que
posee la virtud de hacer a los demás
vivir un hecho desconocido, a través
de una obra a la cual se le ha plasmado
la propia impronta, para que perdure
en el tiempo.
A la par de su actividad como pintor,
Luis Fernando Ruiz es arquitecto
(1977) especializado en Arquitectura
Hospitalaria y Teoría de la Arquitectura.
En el taller de Demetrio Urruchúa
(1902-1978) se forjaron grandes
pintores, grabadores y dibujantes, ganadores
muchos de ellos de importantes
premios nacionales y extranjeros.
Y al igual que Luis Fernando Ruiz –nuestro
protagonista–, concurrían también
a ese atelier famosas personalidades
del quehacer cultural argentino, entre
los que podemos mencionar a Ernesto
Sábato, el poeta Luis Franco, su entrañable
amigo Leónidas Barletta, León Felipe
y muchos otros.
Fue un verdadero maestro –afirma
Ruiz–, nada obsesivo con la enseñanza
académica de la pintura, ya que solía
decir que “no se puede enseñar a
sentir”.
A lo largo de su formación plástica
con Urruchúa, Luis Fernando Ruiz captó
de su maestro la importancia de la
libertad del artista: “el arte es libertad
y amor y debe prevalecer el instinto”.
Tras recorrer un camino propio en la
plástica, afirma de igual manera, que
el artista es un ser privilegiado, que
posee la virtud de hacer a los demás
vivir un hecho desconocido, a través
de una obra a la cual se le ha plasmado
la propia impronta, para que perdure
en el tiempo.
A la par de su actividad como pintor,
Luis Fernando Ruiz es arquitecto
(1977) especializado en Arquitectura
Hospitalaria y Teoría de la Arquitectura.
Consultado sobre su devenir en el
arte, nos responde que también hizo
humor gráfico en los años 1976 y 1977.
Trabajó para la Editorial Perfil y para
revistas como María Bizca, Satirik y
otras. También publicó en España. En
1976 participó del Salón Mundial de
Humorismo en Bélgica. En la Argentina
expuso en la Universidad de Morón
junto con humoristas de la talla de Pedro
Seguí (1915-1988) creador de “El
Ñato Desiderio” y “Juan Mondiola” entre
otros, Maicas (Tia Vicenta, El Gráfico,
etcétera) y Jorge Mercado (7 Días,
Rico Tipo, etcétera).
A ese respecto, Ruiz recuerda que
fue Fernán Félix de Amador quien hace
aproximadamente cuarenta años definió
con estas palabras la misión del
humorista: “Nada escapa a su ojo avizor:
el hecho anecdótico, el episodio
cómico, la nota emotiva, el personaje
“engolado”, el pobre diablo. Es el co-
mentarista por excelencia de la
vida de sus contemporáneos, el
espectador por antonomasia y el
testigo fiel de toda una época.
Pero además, suele ser por sí
mismo creador, padre de entes
populares, cuya peregrina ficción
acaba por convertirse en
realidad ponderable y hasta servir
de modelo y figura para la determinación
de tipos y caracteres
humanos”.
Luis Fernando Ruiz no lleva
una contabilidad exacta de todas
las exposiciones en las cuales
ha participado como artista
plástico. Recientemente, en
2007 ha expuesto sus pinturas
en una muestra sobre el tango
en el Museo de Bellas Artes de
Tandil. Sus obras se encuentran
en colecciones privadas, en empresas
y galerías.
En su pintura hace alarde del
color, con planos contrastantes,
con delicado tratamiento de la
naturaleza y un equilibrio muy
logrado en cuanta temática elige. Sus
cuadros tangueros son de elaborada
factura, donde cada personaje parece
contar su historia.
Para contactarlo hay que llamar al
Ilona Selmeczi
DIRIGENCIA